Me chocaron cuando venía al trabajo
Llegué y me empezó a doler la herida de la operación
Unas maestras como de sesenta años estaban hablando de lo raro que es ir a pagar tu propio funeral.
Creo que me iré a casa a descansar
viernes, 29 de febrero de 2008
miércoles, 27 de febrero de 2008
Esta semana:
1.-Pasé calificaciones y tuve que dar detalladas explicaciones a cada alumno que se le antojara saber por qué sacó lo que sacó. Después implementé una técnica ancestral: nomás el alumno se acerca le empiezas a echar el choro de, mira, a pesar de tu conducta que es pésima (aunque sea el mismísimo santo niño de atocha) te ayudé este parcial, pero ya no lo haré el siguiente, en verdad me has decepcionado, si no veo una mejora entonces habrá consecuencias más graves... bla bla bla. Esta técnica te ahorra el sacar lsitas, checar fechas y sobre todo aceptar metidas de pata.
2.- Sigo escribiendo la obra de teatro que me encargaron. Es agotador. Me dieron un texto y mi chamba es sacar una obra de hora y media de eso. No me pagarán un cinco por ella, y por si fuera colmo me advirtieron: tiene que quedar bien porque se representará en la ciudad y fuera de ella. Bah. Es lo que pasa cuando te ves obligado a pagar un favor.
3.- Saqué mi visa gringa después de cuatro horas de hacer fila.
4.- Me va medio de la chingada
5.- Retomaré hoy la tesis después de dos semanas. No comments
6.- Toco en una banda de morras.
7.- No, no soy una de ellas
8.- Compré mi boleto para Bob Dylan
9.- Tengo problemas de tipo privado
10.- Nada más.
1.-Pasé calificaciones y tuve que dar detalladas explicaciones a cada alumno que se le antojara saber por qué sacó lo que sacó. Después implementé una técnica ancestral: nomás el alumno se acerca le empiezas a echar el choro de, mira, a pesar de tu conducta que es pésima (aunque sea el mismísimo santo niño de atocha) te ayudé este parcial, pero ya no lo haré el siguiente, en verdad me has decepcionado, si no veo una mejora entonces habrá consecuencias más graves... bla bla bla. Esta técnica te ahorra el sacar lsitas, checar fechas y sobre todo aceptar metidas de pata.
2.- Sigo escribiendo la obra de teatro que me encargaron. Es agotador. Me dieron un texto y mi chamba es sacar una obra de hora y media de eso. No me pagarán un cinco por ella, y por si fuera colmo me advirtieron: tiene que quedar bien porque se representará en la ciudad y fuera de ella. Bah. Es lo que pasa cuando te ves obligado a pagar un favor.
3.- Saqué mi visa gringa después de cuatro horas de hacer fila.
4.- Me va medio de la chingada
5.- Retomaré hoy la tesis después de dos semanas. No comments
6.- Toco en una banda de morras.
7.- No, no soy una de ellas
8.- Compré mi boleto para Bob Dylan
9.- Tengo problemas de tipo privado
10.- Nada más.
lunes, 18 de febrero de 2008
De perros
Una vez atropellé un perro. Fue medio espantoso porque le pasé por encima. Al final no se salvó, lo llevé al veterinario y perdí así nomás 600 pesos por dormirlo.
Hace rato caminaba por la banqueta después de retirar dinero en el cajero, ya estaba todo oscuro y de pronto que escucho un chillido, voleto y veo a un perrito tendido en medio de la calle. Volví la vista porque sentí que alguien más le pasaría encima y entonces sería testigo del vuelo de las tripas y demás contenido canino. Poca no fue mi sorpresa cuando empecé a escuchar unos ladridos que se acercaban a toda velocidad. El pinche perro se había levantado y corría furioso para vengar su desgracia con mi pantorrilla. Pegué un brinquito muy masculino y me trepé a una macetera. El perro siguió su carrera.
Pinche perro, yo que por un segundo pensé en rescatarlo y llevarlo al veterinario para que éste lo durmiera y me cobrara otros 600 pesos.
Hace rato caminaba por la banqueta después de retirar dinero en el cajero, ya estaba todo oscuro y de pronto que escucho un chillido, voleto y veo a un perrito tendido en medio de la calle. Volví la vista porque sentí que alguien más le pasaría encima y entonces sería testigo del vuelo de las tripas y demás contenido canino. Poca no fue mi sorpresa cuando empecé a escuchar unos ladridos que se acercaban a toda velocidad. El pinche perro se había levantado y corría furioso para vengar su desgracia con mi pantorrilla. Pegué un brinquito muy masculino y me trepé a una macetera. El perro siguió su carrera.
Pinche perro, yo que por un segundo pensé en rescatarlo y llevarlo al veterinario para que éste lo durmiera y me cobrara otros 600 pesos.
viernes, 15 de febrero de 2008
Lo vi por primera vez
en la fonda de su madre.
Tenía hambre y buscaba algún lugar barato para comer entre las calles de esta colonia a la que recièn habìa llegado.
Entré y ocupé la única mesa del lugar. Su madre me recibió amablemente y preparó un guisado de carne con papas y cebolla.
Mientras comía lo escuchaba hablar, los bocados se volvieron pesados y tuve que hacer un esfuerzo enorme para tragarlos.
Entonces sentí miedo.
Tenía una voz gutural que torpemente salía de su garganta, sus manos se movían tanto que las moscas que se detenían a cagar sobre mi plato salìan espantadas.
Aquel pensaba que hablaba con su madre, pero yo la veía revolver la sopa y darle órdenes al mozo que limpiaba las migajas y rabos de cebolla que estorbaban por ahí. Él seguía hablando, ella, a veces, se quedaba viendo a no sé dónde, seguramente lamentándose, avergonzada en lo profundo.
Dejé el plato a medias. No quise verlo de nuevo. Le di a su madre un billete y me fui a mi casa.
Resulta que ahora estoy en un negocio de internet justo al lado de la fonda. Él ha entrado.
Sentado frente al monitor inicia su diálogo penoso. No! grita, ça ne se dit pas comme ça, ça se dit: Wir warten, die Waffe ist geladen.
Lo he visto, su cabeza trasquilada dibuja unas manchas oscuras.
Tenía hambre y buscaba algún lugar barato para comer entre las calles de esta colonia a la que recièn habìa llegado.
Entré y ocupé la única mesa del lugar. Su madre me recibió amablemente y preparó un guisado de carne con papas y cebolla.
Mientras comía lo escuchaba hablar, los bocados se volvieron pesados y tuve que hacer un esfuerzo enorme para tragarlos.
Entonces sentí miedo.
Tenía una voz gutural que torpemente salía de su garganta, sus manos se movían tanto que las moscas que se detenían a cagar sobre mi plato salìan espantadas.
Aquel pensaba que hablaba con su madre, pero yo la veía revolver la sopa y darle órdenes al mozo que limpiaba las migajas y rabos de cebolla que estorbaban por ahí. Él seguía hablando, ella, a veces, se quedaba viendo a no sé dónde, seguramente lamentándose, avergonzada en lo profundo.
Dejé el plato a medias. No quise verlo de nuevo. Le di a su madre un billete y me fui a mi casa.
Resulta que ahora estoy en un negocio de internet justo al lado de la fonda. Él ha entrado.
Sentado frente al monitor inicia su diálogo penoso. No! grita, ça ne se dit pas comme ça, ça se dit: Wir warten, die Waffe ist geladen.
Lo he visto, su cabeza trasquilada dibuja unas manchas oscuras.
jueves, 14 de febrero de 2008
martes, 5 de febrero de 2008
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